CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Estudio del suelo: Juan Vicente ‘Semper’, pionero de la arqueología de Mendoza

De profesión constructor de obras civiles, supo canalizar su otra vocación, la de los estudios del pasado indígena en Mendoza.


Por J. Roberto Bárcena – INCIHUSA-CONICET. Universidad Nacional de La Rioja

Los años ’40 y ’50 pasados fueron de particular interés para la Arqueología regional y argentina en general, destacándose en nuestra provincia, junto con otros investigadores como Carlos Rusconi y Salvador Canals Frau (español),que formaban parte de la actividad científica institucionalizada, sea en el ámbito del Gobierno de Mendoza, sea en el propio de la UNCuyo y de su Facultad de Filosofía y Letras.

Cada uno de los nombrados merece nuestra consideración. No obstante en esta oportunidad destacamos de aquellos tiempos la labor de Juan Vicente Sempere, quien, de familia originaria de la comunidad valenciana y más allá de su quehacer en construcciones civiles, con el que se ganaba el sustento, realizaba actividades deportivas y científicas, en la única relación de antecedentes que conocemos y llegó a nosotros gracias a sus familiares.

Valiosa colección

En verdad, este egresado en 1934 como Constructor de la Universidad Popular de Mendoza y que fuera reconocido como tal y su título clasificado de segunda categoría por la Municipalidad de Mendoza, decidió ser conocido como Juan Semper, así lo habían anotado en las escuelas.

Por este nombre supimos de él y así denominamos a la colección arqueológica y bioantropológica de su pertenencia, que después de su fallecimiento adquirió la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, con el aval del director de entonces -años 60-, doctor Juan Schöbinger, del actual Instituto de Arqueología y Etnología, colección que hoy atesora el Museo Arqueológico de esa Facultad (en la foto) .

En estos días algunas de las más características piezas cerámicas y de metal de la colección que supo reunir Juan Semper y colaboradores en Tupungato son expuestas en el Centro Regional Universitario de esa ciudad, permitiendo desarrollar un proyecto de transferencia a la comunidad por investigadores científicos, con el soporte de la UNCuyo, de su Facultad de Filosofía y Letras y del Museo de ésta, como asimismo de las distintas áreas de la comuna de Tupungato.

Capataz y sobrestante

Es propicia la oportunidad para recordar a Juan Semper, que durante años desarrolló su vocación por la prospección y estudios arqueológicos, a la par que la de sus traslados a distintas partes de nuestra provincia, por su labor de constructor independiente o como personal, capataz y sobrestante, de empresas como Petersen, Thiele y Cruz.

De aquellos tiempos en los que esas voluntades en pos del conocimiento y rescate arqueológico, principalmente de restos de indígenas prehistóricos, podían ejercitarse sin formación profesional especializada, Juan Semper tuvo la suficiente perspectiva para confluir en un proyecto común con Salvador Canals Frau, sumándose a su conocimiento del terreno y de los materiales recuperados, el de este profesional mallorquino, alcanzando juntos, entre otros aportes, establecer y describir una cultura arqueológica prehistórica, como fue -y seguimos reconociendo-, la Cultura de Agrelo, con amplia dispersión en el centro y norte de Mendoza, incluido Tupungato y el Valle de Uco en general.

Sobre esta cultura hemos trabajado al igual que colegas, pudiendo en nuestro caso, entre otros, datar por radiocarbono y en base a muestras del propio Semper momentos de su desarrollo en el propio Agrelo (resultados que colocan sus hallazgos en el siglo VIII y en el XVI de la era), mientras que otras muestras suyas, del contexto de cerámica asimilable, nos dieron para Tupungato resultados del siglo VI.

En cuanto a cómo pudo ser el inicio de la relación entre esas personas, podemos aventurar que medió el hecho de la pasión de Semper por los deportes y la montaña en especial, que lo tuvieron como miembro vocal de la primera comisión directiva del Club Alpinista de Mendoza (1935), que luego será el muy reconocido Club Andinista de Mendoza (CAM), lo llevó al ascenso de muchos cerros, alcanzado la cima del cerro Aconcagua (1940), en una expedición integrada por Adriana Bance de Link (francesa, primera mujer que culminó esa ascensión, para con toda posibilidad conocer, en el CAM o por su coincidencia en la mutua predisposición por la montaña, a María Canals Frau, hija de Salvador, que alcanzó la cima del Aconcagua en 1947, falleciendo en el descenso.

Aquella expedición de 1940 sumó objetivos científicos, como estudios geológicos de Walter Schiller -y otros- encontrándose entre sus integrantes el reconocido taxónomo botánico Adrián Ruiz Leal (1889-1980), por lo que Juan Semper y su vocación por las investigaciones y la ciencia tuvo desde temprano oportunidades de vinculación con ese medio, siendo reconocido como un hacedor en la arqueología por los propios botánicos, como conversábamos, recordándolo, con antiguos investigadores del IADIZA-CONICET.

También fue generoso al compartir sus descubrimientos, como los de la Gruta del Indio del Rincón del Atuel, llevando adelante excavaciones y relacionándose entonces con un grupo de jóvenes entusiasmados con la arqueología de campo,del que sobresalió Humberto Lagiglia.

En su casa de la calle Pedro Pascual Segura de Godoy Cruz, hoy en malas condiciones de preservación, fue el lugar donde resguardaba lo que sería su colección, principalmente en bandejas de madera, que estibadas en un recinto guardaban fragmentos de cerámica y de artefactos líticos, entre otros, como los huesos humanos y molinos de piedra.

Aquella “Pumita”

También recuerda su vecino la movilidad con que contaba Semper por entonces, una bicicleta de gran rodado y la moto Puma, aquella de su primera generación en el país, de los cambios manuales adosados a la parte superior del tanque de combustible.

A lo que agregamos, por haberlo leído del propio Semper, que éste consideraba en mucho esa motocicleta y que estaba ufano, por ejemplo, cuando se desplazaba a sus prospecciones arqueológicas en Tupungato, por el camino de los Cerrillos y la “Pumita” apenas había necesitado un alto en el trayecto, porque calentaba un poco.

Tiempos de carestía y mucho esfuerzo, donde las vocaciones de estudio no eran simples de concretar, con una UN Cuyo que se crea en 1939 y recién se institucionalizan las carreras de Antropología, en la UBA y la UNLaPlata, en 1957 y 1958. El propio Canals Frau no había completado estudios universitarios antropológicos en Alemania, a donde arribó luego de los propios del bachillerato en Francia.

Sea como fuere, un mendocino como don Juan Semper, de profesión constructor de obras civiles, supo canalizar su otra vocación, la de los estudios del pasado indígena en Mendoza, valiéndose de su afán de conocimiento, su pericia en el campo y la recolección, su registro y resguardo de lo recuperado y, principalmente, priorizando la necesidad de la relación con el saber científico e internalizarlo, con resultados relevantes hasta la actualidad, como lo prueban los estudios de la colección que llegó a nosotros.

Nuestro homenaje a Juan Semper, en el marco de la transferencia a la sociedad, que la UNCuyo/FFyL y la Municipalidad de Tupungato promueven en el ámbito del Valle de Uco.