CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES

Jardines para cuidar el agua

Un grupo de investigación del IADIZA utiliza especies vegetales nativas para decorar jardines.


Que Mendoza es un oasis en el desierto, eso lo sabemos todos, ahora bien, que existe una actividad que permite rescatar aquellas especies vegetales nativas que son ahorrativas de agua y conciliarlas para generar un paisaje atractivo, muy pocos.

Xerojardinería o jardinería de las zonas áridas, se denomina esta disciplina que consiste en el cultivo de plantas capaces de presentar un óptimo valor ornamental asociado a un bajo consumo hídrico; en palabras de Antonio Dalmasso, integrante del Grupo de Geobotánica y Fitogeografía del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA – CONICET): “estas plantas nativas o exóticas seleccionadas están en equilibrio con las condiciones climáticas del lugar, soportando largos periodos de sequía, y eso es muy importante porque estaríamos asegurando un buen comportamiento en lo que refiere a la adaptación a nuestras condiciones. Esto es el utilizar especies apropiadas, es decir, plantas rústicas que soportan las condiciones extremas, ya sea climáticas, de suelo, topografía, con ventajas sobre las especies tradicionales”.

El consumo de agua para el riego de los jardines, y parques públicos y privados, no posee una evaluación rigurosa, se estima que los volúmenes utilizados son elevados y costosos, con el agravante que en la mayoría de los casos, se trata de agua potable. A diferencia de un jardín tradicional que consume grandes cantidades de este elemento, los espacios verdes creados en base a plantas xerófilas “requieren dos, a los sumo tres riegos al año, y se especula con las precipitaciones de verano”, explica Dalmasso; “lo particular -continúa- de estas especies es que son muy sensibles a la competencia, por eso es fundamental regular el riego, porque si nosotros seguimos regando con mayores volúmenes de agua estamos favoreciendo que se instale un jardín tradicional, exigente en cuanto a volúmenes de agua”.

Una diferencia fundamental con este último, es que se trata de rescatar toda la vegetación existente en el lugar y enriquecerla con un criterio de diseño paisajistico: “es muy importante que en los jardines se busque el contraste de follaje, lo que uno tiene que buscar son especies como la arabia (exótica) o el olivillo, la zampa (nativas entre otras), que son de color verde grisáceo y que contrastan muy bien con los verdes oscuros, entonces eso es muy interesante tenerlo en cuenta en el diseño del jardín porque forma parte de la visión paisajística de lugar, entonces ahí estaría el desafío de hacer xerojardinería respetando esas características”.

Dalmasso insiste en que es necesario comenzar a crear nueva cultura que promueva una utilización eficiente de los recursos hídricos: “creo que de a poco se está generando una conciencia, y los principales impulsores deberían ser los municipios, creando en los bulevares de las avenidas espacios con especies nativas que se mantienen perfectamente con la lluvia; pero eso requiere una concientización de la población para el mantenimiento también porque la gente lo corta porque lo considera un yuyo, o para caldear un horno, hay que educar desde el municipio, desde las mismas escuelas”, concluyó.