La contribución del IADIZA en la comprensión de las tierras secas a lo largo de 50 años: historia, actualidad, tendencias y temas emergentes

¿Cuánto conocimiento producen las investigaciones?, ¿qué impacto tienen?, ¿cómo inspiran estos descubrimientos nuevas preguntas?, ¿cómo cambia el interés y la curiosidad de la ciencia a través del tiempo? Estas y muchas preguntas más pueden ser abordadas a través del mapeo de la ciencia o mapa bibliométrico. Esta metodología permite visualizar aspectos estructurales y dinámicos de la producción científica. Analiza las relaciones entre temas de estudio a partir de palabras clave, autores, grupos de investigación y colaboraciones internacionales. El mapeo de la ciencia constituye una valiosa herramienta que posibilita visualizar la historia del conocimiento y de las personas que lo construyen.

Durante 2022 un grupo de científicas y científicos del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA, CONICET-UNCUYO-Gob.Mza.) se preguntaron si había llegado el momento de poner en números el conocimiento producido durante 50 años en la Unidad Ejecutora.

Desde su creación en 1972, cerca de 1800 artículos científicos fueron producidos por el IADIZA, revelando innumerables respuestas sobre las tierras secas de Argentina y Sudamérica. Desde los estudios pioneros enfocados en la descripción de especies, hasta las investigaciones en la conservación y la gestión de los recursos naturales, las interacciones ecológicas, la genética, la evolución y la ecología urbana; las investigaciones del instituto nos muestran cómo la evolución del conocimiento ha cambiado incesantemente de puntos de vista, enfoques, marcos conceptuales, espacios de discusión e interacciones potenciales.

“Estos cambios reflejan la diversidad de desafíos que enfrentan las instituciones científicas. La colaboración entre investigadores locales e internacionales es crucial para avanzar en el conocimiento científico y encontrar respuestas a los problemas de investigación”, comenta Solana Tabeni, investigadora del IADIZA y una de las autoras del trabajo.

Se sabe que la producción de artículos científicos en el mundo se ha estimado en cerca de 50 millones hasta el año 2009, ¿puede este universo inabarcable de conocimiento ser aplicado?, ¿o incluso ser olvidado? Algunos aportes trascienden y escalan transformándose en nuevas líneas de investigación, en nuevas hojas de ruta para el desarrollo de instituciones, programas científicos nacionales o nuevos grupos de trabajo. Pero también la ciencia desestima, corrige y reunifica datos y conceptos, donde muchos pasan a ser parte de la llamada “obsolescencia de la ciencia”. Sin embargo, el conocimiento olvidado en algún artículo puede ser reflotado y reconsiderado al pasar del tiempo. Nada se pierde en ciencia, todo es una contribución en el avance del conocimiento. Según los resultados del estudio, la producción científica del IADIZA muestra a través del tiempo etapas de reconversión de temas a partir de la fusión de líneas de investigación existentes, o nuevos temas emergentes. Inicialmente, el conocimiento sobre la biodiversidad del Monte constituyó el objetivo principal durante el período fundacional del instituto, en respuesta a la necesidad de obtener datos primarios sobre los entornos locales de las tierras secas y su biodiversidad. Sin embargo, con el tiempo, este enfoque se complejizó en el estudio de otros temas de mayor impacto internacional, como la degradación de tierras secas y la búsqueda de indicadores de alerta temprana, uno de los problemas globales clave para el siglo XXI.

¿Cómo impactan los resultados de las investigaciones en la ciencia global? En ecosistemas de tierras secas, las investigaciones en las que se centra el IADIZA proporcionan datos cruciales para comprender la influencia del cambio climático en diferentes partes del mundo, anticipar posibles impactos en la disponibilidad de agua, proporcionar información valiosa sobre las especies endémicas y amenazadas que habitan en estas áreas, impulsar el desarrollo de tecnologías y prácticas sostenibles en un marco de colaboración internacional entre científicos, instituciones y gobiernos.

“Estos hallazgos tienen un impacto significativo en la ciencia global al contribuir al conocimiento y la promoción de la colaboración internacional en la gestión de recursos naturales”, agrega Tabeni.

La historia del IADIZA nos revela la incesante búsqueda de respuestas, el intercambio de ideas y el impacto creciente de nuestra labor en el mundo, de la mano de una comunidad de científicas y científicos cada vez mas comprometidos en reflejar regional y globalmente la interacción de las sociedades humanas con los ecosistemas de tierras secas.

Fuente: IADIZA